Burj Khalifa de noche |
Desde el piso 128 de la Burj Khalifa |
Burj Khalifa de dia |
Dubai constituye el punto cumbre de este viaje por los Emiratos, el sueño de los/as adictos de las compras, el paraíso del consumismo. No peco de estos vicios por lo que era escéptica con el lugar, aunque no cabe duda de que sentía una enorme curiosidad por conocerlo.
Un día resulta un tiempo escaso para conocer una ciuadad donde convive el pasado y el futuro, donde hay que elegir entre visitar un popular mercado del oro y discutir los precios hasta la saciedad o entrar en la más lujosa joyería del mundo dentro de un enorme centro comercial con precios escandalosos, como puede ser el Dubai Mall.Como siempre intenté aprovechar el día al máximo, recorriendo en primer lugar la ciudad moderna para admirar su enormes rascacielos y subir a la torre más alta del mundo, la Burj Khalifa. Nunca pensé que sería capaz de subir sin sufrir un ataque de ansiedad pero lo hice, subí hasta el piso 128 y mereció la pena, es una sensación de estar sobre el mundo. desde allí se ve la famosa palmera artificial, así como las islas artificiales que entre todas forman el mundo entero. Los que me conoceis comprendereis que para mí ha sido necesaria una mentalización profundisima para poder conseguirlo.
En esa misma zona hay una avenida toda llena de edificios singulares, pero junto a la torre todos parecen enanos.
Formando una unidad con la torre existe un magnífico centro comercial, donde se ubica un enorme acuario y las tiendas más lujosas y bien decoradas que haya visto en mi vida, pero no entre a ninguna, no era lo que más me interesaba, sin embargo me quede un ratito admirando una caída de agua con unas esculturas muy interesante.
Especialmente me llamo la atención una confitería cuyos escaparates estaban muy decorados con los famosos macarrón parisinos, todo un expectaculo, así como las bombonerias.
Dubai mall: Cascada con nadadores |
Bomboneria en el Dubai mall |
Aunque lo más impactante fué la caida de la tarde, la belleza de la torre reflejando la puesta del sol y su bien diseñada iluminación y, como colofón, el grandioso espectaculo de las fuentes danzantes, a sus pies, que comineza a las 6 de la tarde y que cambia de música, de danza y de iluminación cada media hora, realmente emocionante. Yo tuve ocasión de presenciar uno con musica de Andrea Bocelli y otro con musica arabe y, a pesar de que hacia bastante frio, aunque pueda sorprender, no me moví ni un centimetro del sitio y me hubiera podido quedar contemplandolo varias horas más. Esto es algo que no hay que perderse.
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