martes, 12 de marzo de 2013

Otoño en París


Hace bastantes dias que no escribo y el domingo un amigo, que me sigue, me pidió que lo hiciera. En ello estoy.

Siempre he afirmado que el otoño en París tiene algo especial, la luz, el color de las hojas, el ambiente de los jardines, es su atmósfera en general.

Este otoño, en Octubre, decidí ir a visitar a mi hijo, a Clara y a la pequeña Martina, que, dicho sea de paso, estaba preciosa y muy cariñosa, con tan mala fortuna que todos los dias llovió sin parar y sin piedad, tan solo dejó de hacerlo el último día de mi estancia, que amaneció un domingo soledo y con un cielo azul mediterraneo, impensable en París.

Con un dia semejante convencí a mi familia para desplazarnos hasta Montmartre, hacia mucho tiempo que no subia y me apetecia conocer los cambios. Allí que nos fuimos, con silleta de la niña incluida y, aprovechando el buen día, subimos a pié callejeando, disfrutando de los rincones, de su viejo molino de la Gallete, convertido en restaurante y del ambiente.

Tengo que decir que he encontrado un cambio tremendo, para empezar está todo muchisimo más limpio, se han vuelto a abrir pequeños negocios de todo tipo, el ambiente, un tanto alternativo, vuelve a aparecer, tambien hay que decir que la parte alta, es decir en torno a la iglesia y a la plaza está abarrotada de gente y de restaurantes turisticos a tope.

A pesar de ello y por consejo de mis hijos, pude entrar a un pequeño museo que no conocia.


Le Musée de Montmartre et les jardins Renoir, es pequeño y tiene mucho encanto, anteriormente habia albergado un cabaret, El Chat Noir. Desde allí se ve la última viña que existe en París y el famoso cabaret Le Lapin Agile, donde la Boheme de la época de Picaso se reunia a diario y del que se cuentan tantas y tantas locuras, que se hicieron en torno a él.

Para despues de comer nos dimos una vuelta por el antiguo mercado convertido en Centro Cultural, Halle de Saint Pierre, interesante por las permanetes exposiciones de arte popular contemporaneo, así como de las colecciones de arte naif de los 70. Es curioso darse un vistazo por allí, siempre nos podemos encontrar con alguna sorpresa transgresora.
Confiteria en Dubai Moll (lo contaré en otro post)
Y para rematar el dia y ya en pleno corazón de la ciudad, cerca de la Madeleine, nos acercamos a la mítica pasteleria, Ladurée, fundada en 1862, a merendarnos unos "macarrons" tan de moda ultimamente en el mundo entero y tan sabrosos y exquisitos como aquí en ningún sitio (...y tan caros).

Fué un día diferente, porque en París siempre se puede hacer algo distinto, a la vez que disfrutar de la familia

2 comentarios:

  1. La próxima vez te llevaremos al Comptoir General, un centro africano que estoy segura te va a encantar...Así que prepara las maletas porque dentro de nada ya está aquí la primavera y seguro que la primavera en París también tiene algo de especial ;)Besos de los 3

    CLARA

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    1. Hola Clarita, no te habia contestado a tu comentario. Ahora que ya sé un poco más prometo que no se me pasa ninguno...

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