Muscat: puesta de sol en su bahia |
La primera escala, después de un día explendido de navegación, por el Golfo Persico primero, después pasar por el estrecho de Ormuz y más tarde en el Golfo de Oman llegamos a Muscat que, como sabéis, es la capital del Sultanato de Oman, que no forma parte de los Emiratos Arabes.
El estrecho de Ormuz es un punto estratégico por el que pasan sin cesar cientos de petroleros que distribuyen el oro negro de los países árabes al resto del mundo y que solo tiene una anchura, en su punto más estrecho, de unos 30 Km "con vistas" a Iran.
Quizás porque nunca me había preguntado como seria este lugar -Muscat- me sorprendió mucho, rodeado de unas montañas especialmente bonitas, de un color gris y muy puntiagudas, que parecen envolverlo todo.
Es una ciudad limpia y tranquila y, puede, que el contraste de colores sea lo más significativo de Muscat. Las montañas son grises, blanco es el enorme quemador de incienso situado encima de una de ellas, porque en el sur de Oman existen plantaciones del arbol del incienso, sus palterres son verdes, llenos de flores de diversos colores, claro esta con un sofisticado sistema de riego continuo, su mezquita de marmol tambien es blanca y dorada en su exterior, limpisima, uno de los palacios del sultan (El sultan Qaboos, al que aparentemente adora la población) tambien multicolor y los numerosos fuertes que dejaron los portugueses son sobrios y del color de la arena, como el desierto que rodea a la ciudad.
Muscat: Palacio del Sultan Qaboos
|
Muscat: uno de los fuertes portugueses
|
Muscat: Quemador de incienso |
Muscat: palterres limpios y bien cuidades |
Mezquita de Muscat
El ir vestida con la chilaba no es un capricho, constituia una obligación para estar en el recinto y en más de una ocasión me llamaron la atención porque se me veia algo de pelo por los lados de la capucha ya que teoricamente deberia haber llevado el velo cubriendomelo enteramente
|